Los problemas de alineación en los codificadores ópticos pueden provocar una precisión reducida o una falla total. Para evitarlo, es fundamental asegurarse de que el codificador esté correctamente montado con un juego mecánico mínimo. Los codificadores con componentes prealineados y sellados de fábrica tienen menos probabilidades de sufrir desalineaciones con el tiempo. En entornos de alta vibración, los codificadores deben instalarse con sistemas de montaje robustos que impidan el movimiento. Puede ser necesaria una recalibración periódica, especialmente en aplicaciones donde el desgaste mecánico o la deriva podrían cambiar la alineación de la fuente de luz y el disco de código. Los codificadores con funciones de autoalineación o compensación automática son ideales para entornos donde la realineación es difícil.
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